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Valentina Ramírez Arias
Eran las cinco de la tarde y se apreciaba una amplia vista de Bogotá desde el apartamento, ubicado en el decimosexto piso, y el sol entraba libremente por el ventanal de la sala principal, iluminando todo el lugar donde me senté a hablar con el congresista Germán Navas. La decoración del apartamento se constituía de recuerdos de viajes, muebles de varios colores y cuadros en las paredes, bastante humilde considerando el sueldo de los congresistas en Colombia. Más tarde entendería que la humildad de la casa de Navas es un reflejo de su personalidad.
Su cálido saludo fue la primera sorpresa que me llevé cuando me abrió la puerta de su casa. Estaba vestido con un saco color crema, unos pantalones cafés de algodón y el tapabocas que cubría la mitad de su cara, de donde se sostenían sus lentes.
"Tengo 79 años y en la política solo llevo 22", me dice con una sonrisa cuando le pido que se introduzca. Mientras conversamos, me doy cuenta de que está lleno de conocimientos y se ha enfrentado a muchas cosas, sobre todo actualmente, por ser del Polo Democrático Alternativo, un partido de izquierda en un gobierno tan derechista.
Su aura intelectual se debe a que su padre fue periodista. En la casa en la que Navas pasó sus primeros años de vida no se hablaba de fútbol, él creció conversando de historia y literatura con su familia. Gracias a los conocimientos que su padre les proporcionó a él y a sus hermanos, Germán entendió desde que era pequeño que su vocación era el derecho. Siempre estuvo rodeado de abogados a pesar de que su papá fuera periodista y esto lo influenció, sin embargo, él llegó a ejercer también el periodismo en la radio, y gracias a los amigos que hizo durante esta época fue que llegó al mundo de la política.
Navas y la política
"Oiga, a usted la gente lo quiere mucho donde quiera que vaya, ¿por qué no se lanza a la política?" fueron las palabras de Jorge Afanador y Luis Eduardo Leiva, amigos de Navas, quienes le dieron el empujón para empezar su carrera política. Navas fue escogido, y la gente se acostumbró a él y lo han elegido seis veces.
"Lo que menos me ha gustado de la política es que el colombiano nunca vota por ideas, el pueblo vota por un chispazo del momento o porque le compran el voto", admitió Navas con amargura, confesando que le han llegado propuestas tales como “tengo tantos votos, ¿usted que me da?". Navas reflexionó al respecto y dijo que el político es corrupto porque el elector lo es, según él, el pueblo colombiano tiene los gobiernos que se merece.
Navas es una persona muy firme en su posición política y manera de pensar, y por esto ha recibido amenazas. "Quedémonos amenazados, pero trabajemos", pensó. Navas no le dio trascendencia al asunto, ya que siempre ha tenido escoltas y prefiere no callar lo que piensa a pesar de que siente la presión. Durante toda la entrevista Navas tuvo una actitud animada, y me llevé otra sorpresa cuando con esa misma actitud me confesó que ya estaba cansado de la política y que prefiere retirarse.
Su retiro
Sus planes después de retirarse del Congreso serán seguir siendo profesor de derecho y considerará proyectos de periodismo. Sobre sus sueños para el futuro solo se echó a reír: “Sueños no, yo me la paso durmiendo”, pero me comentó que planea viajar. Su rostro se iluminó al contarme que ha estado en 110 países y que quiere conocer algunos que le faltan.
"Compartimos muchos intereses comunes y nos encanta viajar”, afirmó su nieto Pablo Ceballos cuando conversé con él. Su próximo viaje probablemente sea al Monte Kilimanjaro, en Tanzania, y de ahí pueden continuar viajando juntos, ya que contarían con el tiempo para hacerlo.
Navas no resiente su carrera política, ya que gracias a esta ha logrado ayudar a las personas, ya sea exponiendo a Álvaro Uribe con su compra de votos en su reelección o siendo pionero en que la Bogotá de ahora se llame así y no Santafé de Bogotá. Pero lo que más pareció enorgullecer a Navas fue el Consultorio Político Popular, un espacio donde brindaba asesoría jurídica gratuita a personas sin recursos, en el cual trabajó 27 años. Mientras me cuenta de estas experiencias su voz tiene una emoción evidente de una persona que le ha dedicado todo su esfuerzo a sus proyectos, y es normal que se enorgullezca de los frutos que han dado.
"De Navas he aprendido que si uno no está de acuerdo con algo hay que decirlo, y que hay que buscar la forma de ayudar a las personas a través de amar con locura y con pasión la profesión”. Es la visión de Andrea Ramírez, amiga íntima de Navas, quien ha presenciado situaciones críticas de su carrera política. En algunos momentos de nuestra conversación se nota su preocupación por la salud de Navas, pero esta intranquilidad parece disiparse al hablar de las virtudes de Navas en su trabajo.
El servicio que Navas le brindó a todas estas personas me hizo cuestionarle como quisiera que lo recordaran y me respondió concisamente: "como un hombre honrado que cumplió con su deber" y me compartió que sus nietos se enorgullecen de que su abuelo sea un político honrado, lo cual confirmé al hablar con Pablo y sentir su admiración por su abuelo.