“Quien hace reír, hace olvidar”, la frase de la cual se apropia Corozo
Tatiana Paola Marta Beltrán, Comunicación Social y Periodismo
Fecha:
El camino recorrido por el trovador de Granada, Antioquia, no ha sido fácil, pero la risa lo mantiene con fuerza para seguir llenando la radio de alegría.
Lea también:
Foto:
Foto: Tatiana Marta
A diferencia de lo que mucha gente espera ver en un humorista y trovador de un programa radial de Caracol, Corozo me recibe vestido de traje y camisa negra, con una mezcla de paciencia y afán por el ajetreo de 'La Luciérnaga' que comienza, puntual, a las 4:00 de la tarde.
En Granada, a una hora de Medellín, nació Marco Aurelio Giraldo Jaramillo, verdadero nombre de Corozo. Aunque nadie lo llama así, lleva su apodo desde muy pequeño, cuando recién comenzaba en este mundo de la trova. “Cuando estaba en grado 11, me hicieron muchos apodos y ninguno me llamaba la atención, hasta que uno dijo Corozo y ese me gustó. Es sonoro y bonito”. Pero no solo fue gracias a sus compañeros, en sus fotos siempre se le ve peluqueado con la cabeza rapada, lo cual se asemeja al fruto de la palma de corozo.
Entre risas y miradas cabizbajas, como tratando de recordar, Corozo me cuenta cómo fue su infancia y ese descubrimiento del talento y gusto por la trova.
Su niñez no estuvo rodeada de tanta tecnología, si acaso había 4 o 5 televisores con los que él y sus amigos del pueblo se reunían a ver una novela que por aquella época estaba al aire: “Lola Calamidades”. Por ende, lo que más escuchaba en su infancia era radio.
Para ese entonces, las cuñas radiales eran muy utilizadas para la promoción de productos y publicidad en la radio. Para él, esto fue un impulso en el mundo de la trova. Corozo lograba aprenderse las cuñas y replicarlas. Pero esto no se quedaba ahí, en el colegio descubrió que tenía compañeros con talento para escribir trovas y fue justo en ese lugar donde decidió empezar este recorrido. “Fue un gusto innato, nadie me lo inculcó”.
Su vestimenta color negro logra engañar, pues no han pasado ni cinco minutos de la entrevista cuando ya demuestra sus dotes de humorista. “El hambre hace cosas impresionantes, aprendí a trovar”. Entre carcajadas de ambos, el humorista dice que, a pesar de que estudió Periodismo, se encuentra en el lugar donde se encuentra ahora, gracias a la trova.
Como graduado de periodismo, Corozo tiene una posición frente a esta carrera, algo desalentadora, para aquellos que la estamos estudiando. “Es fascinante y muy chévere, pero el campo de acción cada vez es muy reducido”.
Para él, hacer periodismo serio en Colombia se está tornando más difícil, pues hoy en día, con las redes sociales, cualquiera puede grabar un video y convertirse en “periodista”. Según él, la profesión poco a poco está desapareciendo, los medios tradicionales están muy relegados a las redes sociales lo cual afecta la profesión y su esencia.
“Es necesario que los estudiantes que están cursando periodismo en este momento, escuchen radio y consuman prensa”. Para él, son cosas que las redes sociales no pueden reemplazar. La familiaridad y confianza que ofrecen la radio, son aspectos que los otros medios no brindan. “Usted puede estar trapeando y a la vez puede estar escuchando radio”. Entre ejemplos cotidianos, dice que a los estudiantes de periodismo también les hace falta gusto y pasión por lo que van a hacer, pues si la carrera es periodismo uno debe buscar hacer lo mejor por esa carrera y trabajar en beneficio de esta. “Es como si a mí me gusta el Pibe Valderrama y me voy corriendo detrás de Mariana Pajón”.
Mientras hacía sus prácticas como periodista en Teleantioquia, se presentó a un festival de trova en la ciudad de Bogotá donde salió triunfador y fue coronado como “El Rey de La Trova en Bogotá”. Debido a esto, en ese entonces, Yamid Amat, actual director del Noticiero CM&, le ofreció una propuesta para trabajar en el programa “Pregunta Yamid”. Allí, lo que se hacía era trovar con diferentes temas de interés que Yamid les iba proporcionando a lo largo del programa. Para ese momento, el doctor Hernán Peláez le propuso formar un grupo de trovadores para hacer parte de 'La Luciérnaga' de Caracol. Es de esa manera como nace el grupo “Revolcón” y su inicio en Caracol Radio.
“Quien hace reír, hace olvidar y es un bienhechor quien en el mundo distribuye olvido”. Con esta frase de Víctor Hugo, el afamado escritor francés, Corozo define sus sentimientos por la radio y su trabajo. Sabe que en el momento en que trova o hace reír a alguien con su trabajo, logra que la persona que lo está escuchando en ese momento, se olvide, aunque sea por unos segundos, de algún problema o situación y logre sacarle una sonrisa. El trovador no entiende cómo es posible que exista gente que le gusta ver sufrir a otras personas, cuando para él lo más importante es la risa.
Por otro lado, las pasiones de este humorista trascienden a otros ambientes. Como buen colombiano, le apasiona el fútbol, pero afirma ser un jugador frustrado. Desde niño, tuvo pasión por los balones y por la diversión que este deporte genera. Con alegría y algo de nostalgia recuerda cómo en su juventud se iba a un pueblo cercano a Granada, exactamente Corconá, y aunque la excusa para el viaje era el fútbol, terminaba siendo una de las mejores experiencias para compartir con su grupo de amigos.
Con algo de risa cuenta cómo su mamá lo regañaba por ensuciar la ropa a causa del deporte y, por ende, hubo una época en la que no pudo jugar mucho, pero, como buen antioqueño, no perdió el tiempo.
Decidió practicar sus dotes de narrador por medio de los partidos que sus amigos disputaban. “Con un palo de escoba y un tarro de cola granulada jugaba a narrar quién llevaba la pelota.”
Es hincha del Nacional. Dice que esto no fue heredado, sino que, en su pueblo, cuando Nacional quedó campeón de la copa libertadores de América frente al Olimpia de Paraguay, vio grande el equipo y con aquella ilusión que un niño pequeño podía sentir. Se sintió identificado con la camisa verde con rayas blancas que, aún, mueve pasiones en él.
Pero no todo en su vida es humor, vivir con apnea del sueño no ha sido nada fácil. Sentir que falta el aire durante unos quince segundos, unas veinte o veinticinco veces en la noche, es algo que no le permite descansar ni conciliar el sueño. Corozo sufre esta enfermedad hace más o menos unos siete años y desde entonces ha sido un proceso que ha traído a su vida dolor, pero también aprendizajes.
Luego de una laringoscopia y de varias intervenciones en su garganta, los resultados no fueron los esperados, pues continuó con una apnea de un señor de 97 años o de alguien que pesa 150 kilogramos, y, aunque no es ni uno ni lo otro, para él no es fácil hablar del tema. En su expresión y en su voz se siente la preocupación y la dificultad que ha sido vivir con esta enfermedad. Afirma que en las noches si duerme entre dos o tres horas es bastante y, por ende, el agotamiento, a diario, le pasa factura.
Dice que a pesar de que la situación de no poder dormir ha sido duro, tiene personas que lo apoyan y lo han entendido a lo largo de los años con esta condición. Corozo cree fielmente en que Dios es quien lo mantiene ahí, con las fuerzas de salir adelante y, aunque hay días en los que se siente muy agotado, es él quien lo levanta y le da la fortaleza para seguir.
“Así le estén dando palo, ríase”, pues no niega que hay problemas, pero la actitud ante los mismos es lo que puede llevar a salir adelante en cualquier situación. Él sabe aplicar esta frase. Sabe que por más agotado que se sienta, transmitir alegría mediante los micrófonos de 'La Luciérnaga' es algo que seguirá moviendo su vida y su trabajo. “De un polvo venimos y en polvo vamos a terminar”. Para Corozo la vida es un ratico y hay que disfrutarla, sin importar los cuán grandes sean los problemas.