top of page

‘1917’: una hazaña técnica que sumerge con su crudeza

pulzo.jpg

Juliana Novoa Rodríguez, Comunicación Social y Periodismo

Fecha:

El sensacional lenguaje audiovisual narra el heroico calvario de dos soldados ingleses.

Lea también:
 ‘1917’: una hazaña técnica que sumerge con su crudeza
Foto:

1917 fue dirigida por Sam Mendes, quien, junto con Krysty Wilson-Caires, coescribió el guion de la película que fue estrenada mundialmente en enero de 2020. El reparto del filme bélico está conformado principalmente por George MacKay y Dean-Charles Chapman, quienes, con la ayuda de una majestuosa escenografía y decoración de Lee Sandales y Dennis Gassner, logran representar el apogeo de la Primera Guerra Mundial. En una misión –casi imposible- dos jóvenes soldados ingleses deben cruzar el campo enemigo para entregar un mensaje que les avisaría a los suyos que los alemanes les han puesto una trampa para masacrarlos. Esta historia logra transmitir un sinfín de emociones y sensaciones por medio de la coherencia en su trama y de la antológica precisión en los planos de secuencia.


Mendes logra dominar la difícil técnica narrativa del plano de secuencia y hace evidente su destreza con la cámara por medio de las largas escenas que se narran sin cortes. Con la ayuda de la edición posterior, el filme aparenta haberse grabado en una sola toma, generando la sensación de vivir en carne propia lo que sucede en la pantalla, porque hace cómplice al espectador de la infinidad de emociones que atrapan a los protagonistas, según la valoración de los fans y de la crítica del portal web Metacritic.


La trama de 1917 sigue un hilo narrativo coherente y consecuente con la intención del productor, pues la inmersión de los personajes se va presentando paulatinamente, sin perder el ritmo narrativo ni el realismo de la Primera Guerra Mundial; tan real como si estuviéramos viendo los famosos videos de la plataforma Youtube de la PGM a color. La trama logra mostrar todos los aspectos de la guerra, desde los sentimientos de cada soldado hasta alcanzar la sumersión del espectador en el campo de batalla y en la acción bélica.


La óptica usada y la medición de escenas son primordiales para lograr la sensación del corte invisible y para transformar el filme en algo despiadado, tensionante y cohesivo, aspectos que se ven evidenciados en la cinta y que demuestran la experticia de Mendes al lograr exponer la crudeza excepcional en el campo de combate, como lo hizo, en su momento, Mel Gibson con la ganadora de seis Premios Óscar Hasta el último hombre.


La película integra las necesidades técnicas con los movimientos de los personajes; incluso cuando la pantalla está en negro, el espectador sigue inmerso en la historia. Esto se logra debido a la textura cinematográfica (el detalle, la colorimetría y la captación química de la imagen) en la unión de un paneo con otro –imposible de captar- y a la iluminación que generan, junto con la sublime edición de colores y características de la imagen, la coherencia y articulación de los planos.


Sin duda alguna, 1917 dio en el blanco de lo soberbio. En la carrera contrarreloj de dos soldados, el espectador es un personaje más que siente y vive el realismo del largometraje que ofrece una visión diferente al cliché del cine bélico. El deber cumplido de un compañero de batalla y las lágrimas de un hermano concluyen una historia que está colmada de técnica, profesionalismo, belleza, talento y emociones.

bottom of page