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Portada: Bitácora del naufragio por Mario Mendoza.
Cuarenta y seis historias son las que le dan vida al nuevo libro de Mario Mendoza. Testimonios de desconocidos que no tienen conexión, pero que los une la pandemia generada por el virus covid-19. Relatos que superan la ciencia ficción, el romance, el terror y que van de la mano con la soledad y la desesperanza. Una distopía que está más cerca a la realidad de un mundo que no conocemos. Un libro que tiene la capacidad de conectarnos con situaciones ajenas; por lo cual, se devora en poco tiempo.
En 216 páginas, Mario Mendoza, logra que el lector entre a un submundo dentro de la pandemia. Un cosmos irreal a los ojos comunes, que tiene como fin la entropía, el caos y el horror. Historias que permiten al lector convertirse en el personaje, sintiendo las emociones de cerca, viviendo los horrores de la soledad, la decepción de una realidad, y perdiendo la esperanza a un cambio cercano.
Bitácora del naufragio no solo muestra la monstruosidad del coronavirus, sino que se adentra en el ser. Exterioriza los efectos del aislamiento, la pérdida de seres queridos, la violencia, la ansiedad, la soledad, el temor, la angustia, el karma, la depresión, la locura, el deseo, la insensibilidad, la desigualdad, y, asimismo, muestra que nuestro miedo no es la muerte, es andar como muertos en vida.
La narración de Mario Mendoza, por lo general, se basa en contar una historia que lleva a sus personajes a la locura, algo que hace que este nuevo libro sea diferente a sus habituales relatos. Esta vez, apuesta en tener múltiples intérpretes con diferentes historias, mostrando a un enemigo invisible como protagonista, y la soledad como guía, para conllevar una realidad ficticia. Odiseas fugaces contadas en pocas páginas. Sin inicio, ni final. Solo anécdotas que describen quiénes son aquellos que están plasmados en palabras. Un tipo de narración que en algún momento se torna aburrido y monótono.
El estilo de escritura de Mendoza genera una conexión con aquellos desconocidos. Su forma de contar y describir, hacen que sea una lectura fácil y rápida. Es difícil leerlo sin sentir temor o incertidumbre; relatos que te hacen perder el sueño y soñar con ellos, pues penetran en el ser. El libro se convierte en un diario personal con diferentes dueños, una bitácora que reúne el miedo que por tanto tiempo ha trastornado nuestras mentes. Historias, como, por ejemplo, la genio con un trastorno obsesivo compulsivo por los gérmenes, la asesora de imagen de cadáveres, el joven que quería morir de covid-19, los viajeros de otra dimensión, los cuerpos desaparecidos, los videntes, los demonios convertidos en amor, y los amores con fecha de expiración, son algunas de las crónicas que llevan a creer que siempre ha existido una pandemia dentro de nosotros, una que ha naufragado a la deriva por mucho tiempo.
Este libro llega en el momento en que la humanidad no tiene control sobre sí misma. Donde no hay una solución, ni una salida. En el que cuestionamos sobre quiénes somos y qué queremos ser. Un presente que no solo está basado en una enfermedad, sino que se une la violencia, la política, las protestas, la desigualdad, la corrupción, la guerra, la educación, la cultura y el sistema; una era que no tiene dirección hacia adelante, sino que camina en círculos. Todo esto está descrito en Bitácora del naufragio, un escrito que también desnuda a Mario Mendoza, y permite conocerlo y sentir su sufrimiento.
“Lo otro, lo distante, lo lejano, se convierte en lo cercano, lo real, lo actual. Por eso hemos quedado atrapados en nuestras propias ficciones. Ya no podemos escapar.”. Palabras de Mario Mendoza, plasmadas en la última hoja de este libro, que muestran un espejo de la realidad. Una existencia que sobrepasa la ficción, una simulación repulsiva de lo palpable. Una sociedad que vive en supervivencia y que camina hacia el desastre.