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Esta es la entrada de la finca que se incendió a las afueras de Cajicá, golpe de agua. Es por la vía Cajicá - Tabio. Crédito: Juanita Ballesteros
El 1, 2, 3 exige un cambio
“Solo somos 13 bomberos repartidos en 3 turnos, afirma el comandante de bomberos de Cajicá”
El déficit que hay en el cuerpo de bomberos oficial de Cajicá es notorio, hay muchas mejoras por hacer en cuanto a la infraestructura y cantidad de bomberos. Sin embargo, esta entidad se caracteriza por tener un alto compromiso y buena voluntad, como se evidencia en el caso del incendio de la finca Golpe de Agua.
Por: Juanita Ballesteros Romero, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de La Sabana.
03 de febrero de 2021. Se despierta con angustia y sin saber qué sucede. Los gritos de desesperación lo ponían más nervioso. El frío de la madrugada era impactante. Le congelaba las manos y las piernas, pero eso no fue impedimento para que corriera con todas las fuerzas que tenía. Sale de la casa y se queda quieto mientras analiza la situación. ¡Juan! ¡Juan! gritaba la esposa desesperada para que reaccionara. Después de unos segundos, mira al frente y se da cuenta de que la casa donde viven los dueños de la finca se estaba incendiando. Llaman a los bomberos de Cajicá.
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Ser bombero es una de las profesiones poco conocidas. Es decir, gran parte de los habitantes de este municipio no tienen conocimiento de que este cuerpo oficial existe. Sin importar lo anterior, el trabajo que realizan todos los días es arduo y constante, ya que este va más allá de solo llevar a cabo actividades de atención de emergencias. También ejecutan actividades de prevención, educación e inspección. Se calcula que este año se han realizado, aproximadamente, 3628 actividades. Es decir, un promedio de 12 actividades por día.
Atender accidentes de tránsito, realizar visitas de inspección a los locales comerciales y capacitar a la ciudadanía en temas de primeros auxilios, son algunas de las actividades que realiza esta agrupación. Cabe resaltar que, en Cajicá, los bomberos son una entidad oficial. Dependen de un ente rector, que es la alcaldía municipal, y son coordinados a través de la oficina de Gestión de Riesgo.
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Se llama Juan López. Es un señor de 30 años de edad. Vive junto a su familia en la finca Golpe de Agua, la cual está ubicada a las afueras de Cajicá. Su labor es cuidar y mantener este lugar en las mejores condiciones. La vida es bastante tranquila. Sus patrones, como él los llama, son mayores de edad. Por lo tanto, requieren de mayor cuidado y atención. Es por eso, que esa noche él sentía que si les llegara a suceder algo la responsabilidad caería sobre él.
Los dueños no viven permanentemente en esta finca. Esta solo la utilizan para vacacionar. Sin embargo, por la pandemia y el confinamiento, decidieron quedarse unos meses en este lugar. Querían disfrutar del aire fresco y la naturaleza.
Golpe de Agua es un terreno bastante amplio. Allí realizan actividades de ganadería y siembra de hortalizas. Al fondo de la finca se encuentra la casa principal. En esta viven los dueños con el conductor. Es de dos niveles y la fachada es de color blanco. A la entrada hay otra vivienda, esta es de características más sencillas; aquí viven los trabajadores.
Normalmente, en la casa principal acostumbraban a encender la chimenea. Les gusta hacerlo, ya que pueden compartir un rato en familia. Además, es una buena opción para enfrentar el terrible frío que hace en Cajicá.
Ese día no fue la excepción. Prendieron la chimenea del segundo piso y la dejaron encendida toda la noche para que esta fuera apagándose mientras pasaban las horas. Disfrutaron del calor. Alrededor de las 10 pm se fueron a dormir, se sentían cansados.
La noche pasaba tranquila hasta que un olor a quemado los levantó. La chimenea ya estaba por apagarse, pero unas chispas de brasa cayeron al tapete y fue ahí donde se produjo el incendio. El sentimiento que los dominó fue el miedo. Estaban perplejos.
“Las chispas cayeron al tapete. Además, el uso y la falta de mantenimiento fue lo que ocasionó el incendio. En la madrugada me di cuenta y fui a sacar a mis jefes y al conductor. Menos mal no les pasó nada”, afirma Juan.
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Los bomberos se demoraron 30 minutos en llegar. En realidad, tuvo que ir el cuerpo de bomberos de Cajicá junto con el de municipio de Tabio, ya que Cajicá no cumple con el estándar internacional de un bombero por cada mil habitantes. La población de este municipio ha ido incrementando notoriamente. Según el DANE, Cajicá ha llegado a los 92 mil habitantes. Por lo tanto, tendría que tener 92 bomberos a disposición para salvaguardar a los lugareños. En este momento, este municipio solo cuenta con 13 bomberos, contando al comandante Rafael Leguizamón.
“Cajicá todos los días está creciendo. Hay muchos conjuntos residenciales. Es importante preparar a la comunidad ante cualquier emergencia. Solo somos 13 bomberos repartidos en 3 turnos. Cada turno es de 12 horas. Tenemos que estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días a la semana y los 365 días del año”, cuenta el Comandante Leguizamón.
Los 13 bomberos no pueden estar todo el tiempo en las instalaciones. De modo que, hay días en que el cuerpo solo cuenta con 2 integrantes. Es por esto, que tienen que estar apoyados y vinculados a más entidades para poder brindar un servicio eficiente. Entre estas se encuentra: el hospital local, Accenorte para la ruta nacional y los demás cuerpos de bomberos de los municipios cercanos (Chía, Zipaquirá y Tabio).
El comandante de bomberos de Cajicá es consciente que entre más poblado se encuentre este municipio, más compromiso y labor necesita. En los últimos años se ha incrementado el flujo vehicular. Por lo tanto, hay mayor riesgo de accidentes de tránsito. Igualmente, ha incrementado el flujo de personas, de manera que hay más enfermedades en los habitantes.
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Llega el cuerpo de bomberos de Cajicá junto con el de Tabio a la finca que estaba en llamas. En total eran 4 unidades de bomberos. Empiezan a atender el incendio. El fuego era impresionante. Estaba consumiendo el segundo piso y se estaba pasando al primero. Además, las habitaciones que estaban ubicadas en la parte superior se vieron afectadas.
Los dueños del recinto estaban preocupados por la magnitud del incendio. Ellos solo observaban cómo las llamas consumían la infraestructura. Sin embargo, estaban agradecidos de que Juan los haya sacado a tiempo.
Poder controlar el incidente se demoró casi 4 horas. Los uniformados trataban de apagar el incendio con el único carro tanque que tenían, pero no era posible. A las 5 de la mañana se vieron obligados a llamar a las unidades de apoyo de Zipaquirá, solicitando otro carro y más unidades de bomberos. Inmediatamente, llegó la solicitud de apoyo por parte del municipio vecino. Ambos lograron apagar el incendio alrededor de las 7 de la mañana. Para controlar este accidente se necesitaron 3 mil galones de agua.
“Si no hubiera llegado el cuerpo, se hubiera quemado toda la finca. Las llamas fueron creciendo exponencialmente y de manera veloz. Menos mal cuando llegaron los bomberos ya no había nadie dentro de la casa”, comenta Juan.
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Luisa Rojas, directora de gestión de riesgo, tiene presente las fallas que hay en el cuerpo de bomberos. Sin embargo, están trabajando para mejorar y brindar un mejor servicio.
“Tenemos 13 unidades bomberiles. Efectivamente, no tenemos en el municipio gente capacitada que quiera ser bombero. Por lo tanto, a eso es a lo que queremos llegar. Como administración somos conscientes que necesitamos que el cuerpo oficial crezca. Para eso estamos trabajando en un tema de modernización en la estructura de la administración municipal. Uno de los avances más significativos ha sido la construcción de la sede oficial de bomberos, la cual será entregada próximamente”, afirma la señora Rojas.
Los bomberos llevan trabajando en el club Edad de Oro por más de 15 años. Este centro, en realidad, fue construido para adultos mayores. No obstante, lo adecuaron para cumplir con las necesidades básicas del cuerpo oficial. Este lugar es espacioso. Al entrar tiene una sala principal donde tienen sillas plásticas. Al lado derecho se encuentran salones donde los adultos mayores realizan actividades, como danza. En el segundo piso tienen dormitorios para los uniformados. Además, cuentan con un lugar para que cocinen y un espacio para hacer ejercicio. El lugar es claro y se encuentra en buenas condiciones.
Próximamente, les entregarán la sede oficial de bomberos de Cajicá, el Cisaec. Después de tantos años, al fin el cuerpo oficial tendrá su propio establecimiento. Este se encuentra a la entrada del municipio. Esta obra empezó el 05 mayo de este año y será entregada el 04 noviembre. Se estima que la Alcaldía de Cajicá invirtió en este proyecto unos 520,4 millones de pesos.
Además de entregar la estación de bomberos también se ampliará el personal. De modo que necesitan comprar más insumos, entre estos, otro carro. Así mismo, tienen planes de ingresar a mujeres y personas de grupos como el LGBTIQ+. Quieren promover la inclusión.
Aunque a los bomberos les falte progresar en muchos aspectos, estos se han ganado el aprecio y cariño de la comunidad. Son personas que siempre están en pro de la ciudadanía. Su prioridad es salvaguardar el bienestar de las personas. Así como lo comenta Liliana Suárez, una ciudadana cajiqueña: “Los bomberos son los mejores. Están dispuestos siempre a colaborar. Tienen verdadero compromiso. No importa la hora, el clima o lo cansados que puedan estar”.
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Al terminar la intervención de los bomberos en la casa, se logró ver los terribles daños que se habían causado. La mitad del recinto quedó en ruinas. Todo era polvo y ceniza. Los residentes agradecieron por la labor brindada y los bomberos se despidieron y se marcharon. En sus caras se notaba la satisfacción que tenían al cumplir con esta misión.
La gratitud por parte de los lugareños era notoria. Ellos sabían que si estas unidades no hubieran llegado las consecuencias eran peores. Posteriormente, la casa entró en obra. Hoy en día, siguen arreglando y volviendo a construir la parte afectada. Los dueños, por su parte, regresaron a su otro hogar y solo van a observar y vigilar cómo va la reconstrucción.
“Mis jefes están muy agradecidos con el servicio de los bomberos. Todo salió muy bien. Menos mal no hubo ningún herido. Como lección quedó no volver a dejar la chimenea prendida. Eso fue un descuido que no volverá a suceder”, finaliza diciendo Juan.