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Fernando Arturo Estrada: Foto tomada de la galería personal de Fernando
El arte en Colombia lleva más de un siglo de historia y abarca una amplia serie de medios y estilos, desde la pintura hasta la escultura, la música y la danza. Con la llegada de la pandemia del covid-19 al país, todos los sectores se vieron en caída libre, incluyendo al sector de las artes plásticas. Las galerías y los museos tuvieron que cerrar, viéndose obligados a reinventar el sistema de muestras artísticas, aliándose de la tecnología y las redes sociales.
Tanto el arte pictórico como las demás artes plásticas, requieren espacios donde se pueda admirar y comprar las obras, como los museos y las galerías. Estos lugares no solo permiten la muestra artística y cultural sino también crean una conexión entre el espectador y el artista. Con la pandemia, todo cambió. Expertos consideran que a pesar de esta transformación radical, para las artes estos tiempos conforman un ámbito interesante ya que es un reto para los artistas renovarse y utilizar este tiempo como una propuesta para reflexionar, repensar y resignificar lo humano.
El arte hace visible lo invisible, y lo que hace reconocido a un artista es su huella, más que la modalidad o plataforma desde donde se dé a conocer. Por ello, los museos, galerías y artistas están afianzando más los medios que ya utilizaban, repensando y apostando por nuevas propuestas para seguir mostrando el arte.
Los museos entran en la era digital
Los museos son la representación de la historia encarnada donde se junta el pasado, presente y futuro de todo país. Pese a las dificultades de la pandemia, han encontrado nuevas formas de restructurar su modalidad de trabajo, modernizando sus estrategias para dar a conocer sus muestras artísticas.
En el caso del Museo Nacional, durante los últimos seis meses el trabajo del equipo ha sido enfocarse en el sitio web, donde la participación de las personas ha sido más activa. Exposiciones, charlas virtuales con cámaras 360 y ‘zoombastas’ han servido para la expansión del museo, que lleva casi 200 años de historia.
El curador de arte del Museo Nacional, Rodrigo Trujillo Rubio, considera que el arte está en un proceso de cambio y evolución constante, de acuerdo al efecto que ha tenido la pandemia en cada una de las personas. “El ‘no abrazo’, la imposibilidad de establecer contacto con las personas, está impactando la mente y la imaginación de los artistas, por ende, el arte no se ha echado a perder, y está llegando un elemento psicológico que definirá el concepto de las nuevas obras que se están desarrollando en estos tiempos”, afirma.
Para Trujillo, la tecnología es una herramienta maravillosa, pero la gran desventaja es la falta de contacto entre las personas y la obra como tal: “esa psicología es indispensable. Cuando se compra una obra no se adquiere solo el cuadro, sino también al artista”, explica.
Por otro lado, el Museo de Arte Contemporáneo, que lleva más de 54 años de historia, no se ha quedado atrás. Ha realizado una alianza con curadurías a nivel virtual para que las exposiciones sean llevadas a más público y por ello, se han aliado del Instituto Cultural de Google para dicho propósito. Esto le ha permitido ser reconocido por Google como uno de los diez mejores museos para visitar de manera virtual a nivel mundial, gracias a la amplia plataforma y las exquisitas colecciones que han logrado las ocho curadurías que conforman el museo.
Álvaro Jiménez Cortés, curador del Museo de Arte Contemporáneo y encargado de las colecciones que albergan más de 1500 obras, afirma que aunque el museo ha cerrado sus puertas, esto le ha permitido un crecimiento a nivel tecnológico muy grande.
“La pandemia no ha frenado nuestros proyectos, al contrario, hemos podido mostrarnos a nivel mundial. Por ende, las estrategias que hemos tomado queremos seguir implementándolas. Colombia está en proceso de adoptar mucho más la cultura digital, porque eso permite la divulgación de las obras y posteriormente el reconocimiento de artistas locales, nacionales y en formación”, aseguró.
El museo es una institución de la universidad Minuto de Dios, cuyo propósito es la muestra del arte colombiano. El hecho de que un artista muestre sus obras en el MAC le abre un campo en la historia del arte contemporáneo colombiano y le permite difundir su trabajo artístico en este espacio cultural.
Las Galerías se reinventan
Las galerías son los espacios donde se puede apreciar y al mismo tiempo obtener el arte. Con la llegada del covid-19, estos lugares fueron los más afectados, ya que requieren de un público diario y fondos para realizar sus exposiciones. No obstante, han reinventado su forma de mostrar las obras y dejarlas a un ‘clic’ de distancia de los espectadores.
La galería de arte “La Cometa” desde hace 30 años realiza exposiciones y propuestas novedosas con obras de artistas importantes de Colombia y Latinoamérica. Andrés Córdoba, coordinador artístico de la galería, afirma que algo que la pandemia expuso fue el hecho de que los artistas y las galerías cuentan con muy poco apoyo del Estado y al mismo tiempo ha mostrado cómo las paredes blancas no son buenas.
“Creo que Colombia aún no está preparada para la exposición del arte a través de la virtualidad, porque de por sí no está preparada para la exposición del arte en general. El gremio artístico es incipiente y hay pocas galerías, pocas fundaciones que se dediquen a la divulgación del mismo; por ende, volcarlo a la virtualidad es difícil y países más maduros en este aspecto como Estados Unidos e Inglaterra nos lo han demostrado, sin embargo, se está intentando”, explica.
La galería se ha empeñado en ser activa a nivel de las redes sociales, continuando con las puestas físicas abiertas teniendo en cuenta los protocolos de bioseguridad, junto con las exposiciones y visitas a talleres de artistas a nivel virtual, iniciativas que desean continuar en la post pandemia.
También la galería “El Museo” ha tenido que replantear su forma de trabajo y sus muestras, ha incrementado su actividad en las plataformas digitales para hacer de éste un espacio en 3D. Camila Urdaneta, encargada de las ferias de arte internacionales, explicó cómo ella y su equipo no han parado de trabajar aun en tiempos donde la crisis ha sido motivo de preocupación. “Los artistas siempre deben tener una galería que los represente pues para eso existimos. Las ventajas de la virtualidad han traído alivios económicos al no tener que invertir en las inauguraciones, por ejemplo, pero el arte es para vivirlo de otra manera”.
La representante de la galería, que lleva 33 años de historia en Bogotá, considera que la solución que ayudaría a mejorar la crisis del sector artístico estaría en un replanteamiento económico. “Creo que si el gobierno eliminara el IVA de las obras de arte ya nos sentiríamos muy aliviados”, explica.
Los artistas evolucionan
Los artistas en Colombia son la viva imagen de la cultura y la esencia de cada colombiano. Sus creaciones son protagonistas en los museos y las galerías. Sin embargo, como consecuencia de la pandemia, han tenido que llevar su arte al siguiente nivel de la virtualidad.
El bogotano Alberto Granja, pintor profesional desde hace 43 años, es de los artistas más reconocidos en Colombia y Europa, que a su vez, no se ha visto afectado por la crisis del covid-19. “Es curioso, cuando hay una tragedia siempre llaman a los artistas, pero los artistas estamos solos, no recibimos apoyo y es injusto, porque somos los que apostamos por mostrar lo más profundo del ser humano. En mi caso, yo he estado bien, mis obras han llegado a muchos países como Panamá y también soy maestro, por ende, he podido dar mis clases sin ninguna novedad. Para mí ha sido un tiempo maravilloso”, explica.
El artista compartió cómo hace algunos años no creía en la virtualidad sino en los sentidos, el sentir, el ver y el no ver, porque la virtualidad aleja el contacto y los sentimientos. A su vez, descubrió que estaba equivocado, que el hecho de dar a conocer el arte por un medio que permite un alcance tan amplio es sanador. También, que la tecnología crea cierto tipo de acompañamiento, ayuda a llegar a la persona y crea una intimidad entre el artista y su obra.
“Los artistas tenemos un escudo y es el ser creativos, esto nos permite adaptarnos a cualquier circunstancia que se ponga en nuestro camino y de eso alimentarnos para pintar”.
Por otro lado, el artista empírico y profesor de arte Fernando Arturo Estrada, al principio no creía que podría dictar sus clases de pintura o vender sus obras por medio de internet, pero considera que la virtualidad no ha afectado el arte ni la esencia de este, sino que lo ha transformado de forma positiva. “Yo no creo que el arte se afecte. El arte se transforma. El tema de la virtualidad para mí como maestro me ha servido para ver el talento de mis alumnos y como artista, mostrar mis obras y hacer conocer mi arte en muchos sitios”.
Para Estrada, a Colombia le falta mucho para llegar a mostrar el arte desde el ámbito virtual, pero, no obstante, no lo fomentaría, ya que siente que la gente debe vivir las galerías y los museos: “La gente debe tener el contacto con las obras y sentir”, explica.
Fernando se ha aliado de diversas plataformas y páginas web que muestran las obras de artistas emergentes, y piensa que este proceso de cambio será positivo para valorar más la importancia del arte a nivel nacional e internacional.
El Ministerio de Cultura se compromete
Teniendo en cuenta la crisis que ha vivido el sector artístico a nivel nacional, y que países como Ecuador y Argentina han tomado medidas claves para la reactivación de este, de acuerdo al Decreto 475 del Ministerio de Cultura, el gobierno decidió otorgar 230.000 millones de pesos para apoyar a los artistas, creadores y gestores culturales.
El Ministerio espera de esta forma poder levantar y apoyar al sector artístico sin complicaciones durante los meses siguientes, demostrando su lealtad y compromiso con el sector.
En definitiva, las consecuencias que trajo la crisis del covid-19 a la esfera artística han sido grandes retos, donde se hicieron visibles las fallas de las autoridades y en parte, la falta de apoyo y respaldo que sienten los artistas. Pero a su vez, trajo ingenio y creatividad para hacer de la tecnología un aliado y de la virtualidad un medio para promover la educación cultural y la verdadera historia colombiana.