Frutos de amor para un futuro sano
Manuela Cordovez, María Lucía Castañeda, Valentina Maya, Alejandra Gutiérrez, de la Fundación Fruto Bendito
Fecha:
Los índices de maltrato y abandono en menores generan una alerta sobre la necesidad de insistir sobre modelos de crianza respetuosa, que propendan por la formación de futuros adultos con salud mental y afectiva.
Lea también:
Foto:
Unsplash
Según un estudio realizado para la revista Lancet Global Health que contó con la participación de más de 3000 infantes entre los 9 y 12 años, el ambiente de crianza de los niños influye en factores biológicos del desarrollo del cerebro y la capacidad intelectual general, la memoria declarativa, la memoria procesal, la memoria ejecutiva, el rendimiento académico, la destreza motora fina y la salud socioemocional.
El problema es que en la actualidad se han visibilizado muchos casos donde estos ambientes de crianza se tornan hostiles, afectando negativamente nuestra sociedad. Tanto así que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 4 adultos manifiestan haber sufrido algún tipo de violencia. La violencia infantil incluye abusos, falta de atención y cuidado, maltrato psicológico, maltrato físico, abuso sexual, negligencia, explotación, trabajo forzado, alienación parental, entre otros.
Entre los meses de enero y abril de 2022, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró 11.974 casos de violencia perpetrada contra niños, niñas y adolescentes en Colombia. Además, se evidencia un incremento de 2.960 casos frente al año anterior. Durante los primeros cuatro meses del año, 6.588 menores habrían sido abusados sexualmente en Colombia; 2.637 sufrieron violencia interpersonal; 1.745 fueron víctimas de insultos, golpes, maltratos y agresiones psicológicas, lo que se considera violencia intrafamiliar.
En el artículo “Las graves consecuencias a futuro que deja el abandono físico y emocional de los niños en Colombia”, publicado este año por la revista Semana, manifiesta que “según cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para el año 2022, 63.994 niños, niñas y adolescentes se encuentran hoy bajo protección del Instituto... De ese total, 4.255 ingresaron porque fueron abandonados”.
Según Sandra Camacho, decana del Colegio de Psicología de Unicoc, el abandono en la primera etapa de vida, así como en la adolescencia, se manifiesta más adelante en dificultades para el aprendizaje y concentración, baja autoestima, necesidad de ser aceptados, miedo al rechazo, predisposición al consumo de sustancias ilícitas, timidez, rebeldía, inseguridad, desconfianza, entre otros rasgos psicológicos.
Una solución frente a todos los tipos de maltratos es reevaluar algunos métodos de crianza y las condiciones que se le quiere proporcionar al menor; sobre todo, en sus primeros años de vida.
Sobre esto es el trabajo de la Fundación Fruto Bendito, que además de proporcionarle a las familias “Cunas con Amor” para garantizar la seguridad de los bebés, cuenta con un plan "bendito". Este, explicado por Camila Cooper, cabeza y fundadora de la organización “usa el poder de los primeros 1.000 días. Desde la gestación hasta los dos años del bebé, para sembrar amor, prevenir y educar desde la empatía y el respeto”. Así, se evita que la violencia haga parte de la vida de un menor desde sus primeros años, hasta que cumplan la mayoría de edad.
Estos primeros mil días son esenciales para el desarrollo del niño, ya que en este periodo de tiempo se desarrollan aspectos claves como la inteligencia, ciertos hábitos alimenticios y el tejido de los órganos. Según el estudio de planeación del 2021 del Ministerio de Salud “los primeros mil días de vida son un periodo crítico para la conformación de la arquitectura cerebral, el crecimiento y la maduración corporal, que, por sus repercusiones para toda la vida, exigen atención en salud de óptima calidad”.
María Alejandra Maya Linares, médico general y hospitalaria de la Unidad de niños, niñas y adolescentes de Redes médicas IPS, asegura que “lo más importante son los primeros 5 años de vida y la depresión es una enfermedad multifactorial, depende de la parte biológica, psicológica y ambiental a las que se exponen los niños […] la mayoría de los niños que tienen esta predisposición, usualmente son niños maltratados, normalmente desarrollan más adelante una depresión en diferentes grados”. Por esto, es muy importante centrar la atención en estos primeros años.
Por otro lado, investigadores han demostrado que el estrés, la ansiedad o la depresión en las madres embarazadas se relaciona directamente con resultados obstétricos deficientes, como un nacimiento prematuro, peso de nacimiento bajo y problemas de desarrollo, sino que, más adelante, estos niños también pueden presentar problemas de comportamiento, sociales y emocionales.
El ejemplo de la Sentencia T-262/22
El pasado 15 de julio fue emitida en Colombia la Sentencia T-262/22, elevada por los magistrados José Fernando Reyes Cuartas, Natalia Ángel Cabo y Diana Fajardo Rivera. Esta causó enternecimiento por su apartado “Síntesis de la decisión para el niño”, donde se dirigen al menor en un lenguaje cercano, para que pudiera entender fácilmente su situación legal y qué tenía por decir la Corte.
Según el magistrado José Fernando Reyes Cuartas, en una entrevista para la W Radio, “la carta muestra que las cortes tienen que aprender a comunicar, que los jueces tienen que aprender a comunicar, y que tenemos que utilizar un lenguaje claro, transparente y que sea eficiente, un lenguaje que llegue a todo el mundo”. El Magistrado considera que los niños saben lo que les pasa, y por tanto, también es deber de los adultos a su alrededor ayudarlos a entender y tomarlos en cuenta.
La mamá de FSC, como lo llama la Corte Constitucional, murió en un accidente de tránsito el 26 de julio del 2015. A partir de esto, el padre del menor quedó como beneficiario de su pensión, aun cuando este se encontraba privado de la libertad por haber abusado sexualmente de FSC. Por este motivo, se impuso una tutela solicitándole a Seguros de Vida Alfa cambiar la cuenta a la que se le consignaba la pensión de sobrevivientes, para que esta llegara directamente a su abuela y tutora legal actual.
El caso llegó a la Corte Constitucional y, en el fallo, se expusieron los argumentos que ayudaron a los magistrados a tomar la decisión frente al caso. Para explicarle esto a FSC, los magistrados se refirieron a él con un lenguaje que pudiera entender con facilidad.
***
“Síntesis de la decisión para el niño”
Apreciado FSC: la Corte Constitucional está conformada por un grupo de personas, conocidas como jueces, que tienen entre sus tareas proteger los derechos de las niñas y los niños, como tú.
Hemos conocido tu situación. Sabemos que vives con tu abuelita y tu abuelito, a quienes quieres mucho. Sabemos también de las situaciones que viviste con tu papá y que probablemente eso te hizo sentir incómodo, triste y molesto.
Después tuvimos conocimiento de que, aunque tu mamá no está contigo, ella te dejó un dinero para que puedas estudiar, comer, jugar y divertirte. También nos enteramos de que no estabas recibiendo ese dinero. Por eso, los jueces tomamos algunas decisiones para proteger tus derechos.
Uno de los muchos derechos con los que cuentas es recibir y disfrutar el dinero que te dejó tu mamá. Por eso, tu abuela recibirá cada mes en su cuenta del banco tu dinero y te ayudará a administrarlo hasta que cumplas 18 años. Tu abuela se encargará de utilizar tu dinero para que puedas estudiar en el colegio y, si tú lo deseas, también en la universidad. Con ese dinero y con la ayuda de tu abuela, podrás comprar tus uniformes para el Colegio y tu ropa. Tu abuela también te ayudará a que con ese dinero puedas comer, jugar y divertirte.
¡Gracias por tu valentía! Al conocer tu caso nos dimos cuenta de que muchos niños pueden estar pasando por lo mismo que tú. Por eso, le pedimos a la empresa que debe pagar tu dinero que haga todo lo necesario por proteger a todos los niños y las niñas y no les impida disfrutar de su dinero.”
***
En la vida real
FSC no es la única víctima. Según Aldeas Infantiles SOS, se registran diariamente 260 casos de violencia infantil en Colombia, los más frecuentes, relacionados con abuso sexual, violencia intrafamiliar, física y psicológica. Alexander Urrego, director de los programas de Aldeas Infantiles SOS en el país, informó en entrevista con Noticias Caracol, que la mayoría de estos casos, son ejecutados por familiares y personas cercanas al núcleo familiar de la víctima.
Mariana, como la vamos a llamar, es otro ejemplo de esto. “A mi mamá le tocó sacarme sola adelante. Fue mamá y papá. A los 13 años tuve que tomar una decisión que me marcaría toda la vida y no fui capaz de decir no. Tuve mi primera relación con un hombre 4 años mayor. Desde ahí buscaba retener el amor a través de él, el que no tuve de mi papá”. Así comenzó su relato.
A sus 22 años, Mariana empezó a tener síntomas psicóticos, por lo que fue internada en un hospital psiquiátrico. Todo esto, en consecuencia del abandono de su padre y las repercusiones que tuvo en su vida, una de ellas, permitir situaciones abusivas por parte de sus exparejas.
Aunque ella no quería, no era capaz de decir “no”, lo que le generó demencia en su adultez. Gracias al brindaron amor, paciencia y apoyo que recibió por parte de otras personas, logró salir de esa enfermedad, para convertirse en la mujer que es hoy en día. Sus familiares y amigos ahora la describen como alguien valiente y ejemplar, un modelo a seguir para muchas personas, que hoy pueden estar pasando por situaciones similares.
Es por casos como el anterior que desde la infancia es necesario evitar situaciones de abandono o posible violencia, tanto mental como física, ya que un suceso como el que vivió Mariana puede desencadenar en problemas de salud mental.
Esta es una realidad a la que hay que tenerle precaución, como lo afirma la doctora Paula Tayeh, especialista de la Universidad del Bosque en Psiquiatría Infantil y del Adolescente: “El maltrato infantil, físico y psicológico, son factores de riesgo para tener enfermedades psiquiátricas en la adolescencia y en la vida adulta, como la depresión y la ansiedad […] tienden a tener dificultades en sus relaciones de pareja, pues tienden a estar en busca de esa figura que no tuvieron (materna o paterna)”.
Otro relato que muestra las huellas de la violencia es el de un joven de 26 años; al que llamaremos Juan. “Mi papá siempre fue muy duro y estricto conmigo, no entendía que yo era un niño travieso y que hacía daños; pero de esos de niños, que uno rompe cosas por jugar con los carros o algo así. Su forma de castigarme era demasiado fuerte”, recuerda con nostalgia. Juan relata que los castigos a los que se veía expuesto, disfrazados de disciplina, eran un claro maltrato físico. “Con tan solo 8 años me ponía de rodillas a contar los correazos que me daba […], empeoró cuando perdí sexto, a mis 13 años. Hizo lo mismo, pero al punto de reventar la correa en mi espalda y dejarla marcada”.
Sin embargo, Juan seguía queriendo a su papá, deseaba su atención, pasar tiempo con él e intentaba, a toda costa, ser su motivo de orgullo. Tanto así que, pese a los maltratos, decidió seguir la misma carrera universitaria de su papá, para compartir oficina y así pasar más tiempo con él.
A pesar de los esfuerzos de Juan, los malos tratos continuaban, lo que llevaba a que él se sintiera desesperado. “No aguanté más, no aguante no sentir su apoyo en mis pasiones, en lo que hacía por él y él no veía; no aguantaba que me comparara, no aguantaba que me tratara como basura y a los desconocidos como oro… así que, tristemente, tomé la decisión de quitarme la vida”. Lograron salvar a Juan gracias a la pronta reacción después de su intento de suicidio.
Sobre este caso, Tayeh menciona que “las secuelas psicológicas del maltrato infantil se pueden evidenciar en cualquier etapa de la vida”. Adicionalmente, la psiquiatra resaltó que probablemente este paciente lo que tenía era un trastorno depresivo, el factor de riesgo principal que tenía era el maltrato en su infancia.
Las situaciones de maltrato infantil se pueden presentar de diversas maneras, por ejemplo, el caso de Sara, una niña de 8 años que cuenta cómo la falta de su figura paterna ha afectado su infancia y la relación que tiene con su madre. “Mi mamá me regaña mucho y me pega cada vez que olvido hacer las tareas que ella me pone, y me da susto, por eso me gusta cuando salgo del cole y voy a donde mis abuelitos, ellos me dejan jugar con los niños del barrio”.
Desde el embarazo, la madre de Sara ha tenido que responder, sola, por ella y por su hija. Por estar a la cabeza de la familia, no está muy presente en el hogar, debido a que debe trabajar en una peluquería hasta las 5 de la tarde en el norte y demora 2 horas en llegar a su casa en el sur de la capital. Como consecuencia de las largas horas de trabajo, la madre de Sara se desquita con la pequeña niña, a raíz de su difícil situación económica, sentimental y laboral.
Sara, al igual que los millones de niños maltratados, es una niña inocente, que solo quiere ser feliz, ser amada y amar. Ellos vienen al mundo a dar alegría, pero algunos adultos se encargan de destrozarlos, al punto de dejarlos sin identidad, perdidos y sin ganas de vivir.
¿Qué podemos esperar de la sociedad y del mundo, si no protegemos y cuidamos a los niños, que son nuestro futuro? Un estudio de la Universidad de Birmingham, publicado en 2019, demostró que los niños que han vivido una situación de maltrato tienen más del doble de probabilidades de desarrollar trastornos mentales graves como psicosis, esquizofrenia y trastorno bipolar.
Sin embargo, este tipo de situaciones son mucho más recurrentes, pero hay una frecuente invisibilización, ya sea por miedo o desconocimiento. De acuerdo con las cifras de Alianza por la Niñez Colombiana, presentadas por Caracol Radio en el 2021, solo se hacen 30 denuncias por cada 100 situaciones de maltrato infantil.
Desafortunadamente, al ver tantos casos de violencia infantil, hay una tendencia a normalizarlos. Pero no podemos olvidar a los pequeños colombianos, esos niños que no entienden lo que está pasando, creyendo algunas veces que son culpables de los actos de sus padres. Sin embargo, ellos merecen una crianza con amor y respeto.