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La industria de la música empieza a ver a Colombia como un gran referente artístico

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Valeria López Rodríguez

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Francisco Mendoza, promotor en Sueño Estéreo S.A.S (Páramo Presenta) expone los elementos detrás de un evento funcional en el país y describe los desafíos que enfrentan para realizar los festivales más destacados de la última década en el país.

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Cortesía de Francisco Mendoza

Las personas disfrutan de las experiencias que brindan los shows musicales en el país sin conocer la logística que traen consigo. En el vibrante mundo de la música en vivo, Francisco Mendoza se ha posicionado como un actor fundamental para la empresa Páramo Presenta, siendo gerente de proyecto del Festival Estéreo Picnic y el Festival Cordillera.


Estudió administración de empresas en la Universidad Javeriana, tiene una maestría en Comunidad Cultural y Emprendimiento y otra en Economía Cultural y Emprendimiento, enfocando su tesis en explorar los factores que motivan a las personas a asistir a festivales de música.

El 2019 marcó el inicio de uno de los virus que paralizó al mundo y la cotidianidad de las personas. El sector del entretenimiento fue el más afectado por las restricciones de control del riesgo por el Coronavirus. Desde la reactivación post pandemia, las compañías organizadoras de eventos, como lo es Páramo Presenta, han intentado recuperar público. Francisco Mendoza es experto en ello.


¿Cómo cree que afectó la pandemia a los eventos de música?


Fue un momento complicado, pues estos iban en contra vía de todo lo que sucedía en el mundo en ese entonces. Fueron dos años complicados, porque Páramo Presenta, como empresa, no podía generar ningún tipo de ingreso.


El aislamiento social no solo cuestionaba el hecho de no poder salir a la calle, sino el no poder experimentar momentos que conectaran los sentidos de cada uno en un entorno de 360 grados, que es lo que termina siendo un concierto, una experiencia híper sensorial.


Son bastantes dimensiones que entran a jugar parte para definir su relevancia. Por un lado, son una plataforma para que los artistas expongan su arte y sentimientos, sus obras, sus piezas y, principalmente, transmitan mensajes al público. Además, se han convertido en un fenómeno en cuanto a que es una ruta de escape de la tecnología y de diferentes situaciones, como no poder salir de la rutina.


Considero que la industria en post pandemia se vio fortalecida y de cierta forma renació, porque la gente se dio cuenta de que este tipo de actividades son muy valiosas para el ser y para las comunidades.


Desde Páramo Presenta, ¿cómo fue el proceso de reactivación post coronavirus?


El primer año fue muy bueno porque todo el mundo quería salir, ver a sus bandas preferidas, experimentar lo que era vivir. El trabajo de Páramo es conectar a la gente con la música a través de momentos memorables, y eso fue lo que en ese momento nuestro mismo trabajo nos dictó hacer. A su vez, los artistas también querían y necesitaban salir a tocar, pues sus presentaciones son parte fundamental de sus ingresos. Básicamente, lo que Páramo hizo fue proporcionarle a la gente y a los músicos lo que deseaban.


¿Cómo ha impactado el cambio del consumo de música a través de los años en la dependencia de los cantantes de realizar conciertos?


Es muy interesante, hay muchas teorías y escritos académicos que exponen lo que está sucediendo en la industria musical. En los años 2000, los artistas hacían una gira para promocionar un disco; hoy en día, estrenan un disco para promocionar una gira. A medida que fueron creciendo las innovaciones tecnológicas y fenómenos como la piratería, la gente dejó de invertir en formatos físicos como los CD y por eso la industria empezó a obtener menor ganancia de ellos. A su vez, esto tuvo otro impacto: ahora con aplicaciones, como Spotify y Apple Music, se tiene acceso a una librería infinita de músicos que ni siquiera porque se escuchen a diario se va a lograr oír en su totalidad, exponiendo personas que de seguro no se conocerían de otra forma.


Desde hace unos años, Páramo Presenta se ha venido posicionando como la firma líder de espectáculos en vivo en Colombia. Para llegar a este punto, es importante una correcta gestión, logística, y es necesario escuchar al público. ¿De qué manera se puede garantizar el éxito de un festival?


Gira entorno a diferentes factores logísticos que aseguran una buena experiencia para los asistentes. Para mí, lo principal es que a la gente le gusten los artistas, o que aquellos que vayan al festival en búsqueda de nuevos sonidos gocen de quienes se presentan y se genere un impacto en los que ven el espectáculo.


Hay dos factores que juegan un papel fundamental: el espacio físico y la curaduría musical. En el primer caso, aunque parezca fácil elegir la ubicación para una presentación, no es una tarea sencilla. Se da por sentado que todo va a funcionar a la perfección y esto es algo que no suele pasar. Proporcionar la ubicación ideal se presta para que la gente tenga una buena experiencia, que es lo que realmente importa, y así el total de los asistentes creen una memoria conjunta en la cual recuerden haber disfrutado,bailar, cantar, reír.


Por otro lado, la curaduría final de la música tiene que ser para todos. Para seleccionar el line-upse intenta explicar qué piden las personas, porque para cada festival se tienen diferentes tipos de públicos. Hay que tener en cuenta quiénes están sonando en el momento, qué cantante no ha participado y la gente está interesada en ver. Una vez que se simplifique el tipo de artistas a incluir, se realiza el proceso de selección. Se da inicio con artistas grandes con una alta trayectoria junto con algunos que estén en el foco y luego estos se complementan dependiendo el estilo que se busque lograr.


La disponibilidad de los músicos elegidos tiene una gran relevancia porque, aunque se quisiera, tener a los que se planifican inicialmente no siempre es posible. Hay que enfrentarse a diferentes realidades, ¿El músico tiene disponibilidad o quiere presentarse en Colombia? Esa es la gran pregunta.


Páramo hace parte del circuito de festivales conocido como “Lollapaloza” que funciona en Chile, Brasil y Argentina. Se trabaja en conjunto para atraer con mayor facilidad a los artistas grandes y que ellos no asistan solo a un país creando un producto solo para este, sino que diseñen un espectáculo para los países seleccionados y que, de esta manera, también sea rentable girar.


Teniendo en cuenta la selección de participantes, ¿cómo se garantiza el apoyo a artistas emergentes?


La labor de Páramo Presenta es muy interesante. A manera de ejemplo, en el Estéreo Picnic siempre se incluye una cuota de artistas pequeños emergentes. En el Festival Cordillera, igual que en Baum Festival, se incluyen cantantes nacionales para exponer ante el público, para que la gente entienda que también ellos existen.


¿Cuáles son los desafíos más comunes a los que se enfrentan los organizadores?


Hay una inmensa cantidad de elementos. A nivel económico es el dólar. Se adquiere un compromiso al pagar a los cantantes en dólares pues si esta moneda sube, los costos se elevan y es un reto mayor por manejar. También, dependiendo del tamaño del concierto, se tiene que lidiar con proveedores, con distintas empresas y se debe gestionar el funcionamiento de todas a un 100%.


Hay que enfrentar factores externos como la lluvia o el granizo, a los que no estamos exentos. En el caso de Colombia puede haber una protesta que no permita abrir las puertas. Es necesario estar preparado para cualquier escenario y tomar decisiones en tiempo real, decisiones contundentes.


¿Cuáles son los aspectos logísticos por abordarse para poder garantizar el buen funcionamiento de un espectáculo en vivo?


A través de la experiencia se adquieren habilidades para solucionar diferentes situaciones. En el caso de la lluvia, Páramo tiene sistemas de rastreo climático. Al predecir el clima se predice lo que sucederá y esto permite tomar decisiones, ya sea, atrasar a los artistas o, en una circunstancia catastrófica, cancelar. Siempre hay que priorizar el bienestar de los asistentes, del público, los trabajadores, los cantantes.


La elección del espacio tiene diversas implicaciones. Si la ubicación elegida es el Parque Simón Bolívar, hay que atenerse a que no se cuenta con el mejor sistema de drenaje de agua- Entonces, es necesario realizar obras civiles.


¿Cómo se define el valor de una boleta?


Para esto se tienen en cuenta los precios de la realización y el riesgo que quiera asumir el promotor. Si se establece el costo de entrada a 1 millón de pesos para un artista no muy grande y la realización tiene costos elevados, se asume que se pueda recaudar el dinero y que se venderán todas las entradas.


¿Y cómo se distribuye el valor de la boleta para cubrir los gastos?


En realidad, el músico es quien tiene voz y voto y una fuerte incidencia en todo lo que tenga que ver con su espectáculo, porque el momento es de ellos. En gran medida, son quienes deciden o aprueban el valor de una boleta. Por esto, ellos son quienes se llevan “la tajada más grande”.


En segundo lugar, se encuentran las contribuciones a instituciones colombianas, como lo es el Ministerio de Cultura. Todas las boletas que están por encima de tres UVT, Unidad de Valor Tributario, que hoy en día corresponde a $127.000, ceden el 10% de ese valor al Ministerio de Cultura, que redistribuye ese dinero para fomentar diversas actividades que contribuyen a las actividades culturales del país.


El tercer gasto más grande es la Sociedad de Autores y Compositores, SAYCO, que reparte el dinero a todos los autores y compositores que hayan tenido alguna incidencia en las piezas artísticas expuestas.


El resto consiste en dividir en proveedores, al personal encargado de las luces, el sonido y la logística. Finalmente recibe el promotor, asumiendo el riesgo de que haya plata o no.


¿Cuál diría que es la influencia de la cultura y la diversidad musical de Colombia en la atracción de artistas y promotores internacionales?


Fenómenos musicales como Shakira, Kali Uchis, Morat y otros grandes de la industria local exponen un país artístico frente a muchos ojos. Ciertamente, esto es bueno en la medida en que la industria de la música empieza a ver a Colombia como un gran referente artístico. Muestra también que existe un público interesado por consumir música. El impacto que estos artistas tienen es exponernos como Marca País, una marca ante los ojos de miles y miles de personas.

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