Netflix, ¿próxima parada de Cien Años de Soledad?
Nicolás Pescador Murcia, Comunicación Social y Periodismo
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La industria cultural se apodera ahora de la gran obra de Gabriel García Márquez, quizás, para acabar con su esencia.
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Netflix anunció el gran estreno de su nueva gran serie Cien Años de Soledad, basada en la magistral novela de Gabriel García Márquez que lo llevó a ganar el Nobel de Literatura, y a todo un país al reconocimiento internacional. No cabe duda del gran reto que asume la plataforma digital al adaptar una novela tan representativa del olvido de una nación como lo es Macondo; por ende, las expectativas que crea ante una audiencia que exige contenido entretenido e inmediato son cada vez mayores. Sin embargo, ¿podría ser este uno de los motivos por los que la esencia en las páginas de Cien Años de Soledad se pierda ahora que llega a los dispositivos tecnológicos? ¿Quizás esto representa el temido final, predicho por Gabo, de una de sus novelas más grandiosas, para pasar a convertirse en un producto audiovisual que complace las tendencias con tramas y personajes básicos y cliché?
Para quienes nos enamoramos de la literatura colombiana, en especial del estilo literario de García Márquez, gracias a Cien Años de Soledad, la noticia de la adaptación audiovisual del libro supone una gran intriga que nos lleva a especular desde qué actriz será capaz de transmitir el templado carácter de Úrsula Iguarán, hasta los efectos visuales que se usarán para mostrar el ascenso al cielo de Remedios, la bella. Sin embargo, la historia de la adaptación de libros a series o películas se ha visto marcada por una gran cantidad de fracasos que terminan por decepcionar a quienes esperaban con ansias el producto final y/o, peor aún, ahuyentan a quienes les llamaba la atención la trama original y rechazan tanto el filme como el libro sin siquiera darle la oportunidad de leerlo.
Precisamente ese ha sido el caso de grandes libros como Eragon, la famosa saga escrita por Cristopher Paolini y clásico de la literatura de fantasía, el cual fue llevado a la pantalla grande en 2006 e inmediatamente fue destruida por las críticas que aclamaban la falta de coherencia con el libro y el sentido de los personajes. Con una suerte similar contaron El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald y La Brújula Dorada de Philip Pullman, cuyos personajes fueron modificados hasta tal punto de perder la identidad del libro para convertirse en personajes desconocidos que el público lector rechazó rotundamente.
Ese es uno de los riesgos con los que corre Netflix al adaptar esta novela, si tenemos en cuenta la complejidad literaria de la trama y los incontables giros narrativos. Asimismo, la extensión en los años de la historia contada por García Márquez y los enriquecedores detalles que hacen de esta novela una obra magistral, son factores clave a la hora de transmitir la misma esencia del libro a la pantalla y, por lo tanto, un obstáculo que podría terminar en convertir la serie en algo completamente distinto a la obra original.
Hoy en día, la industria cultural hace el papel de cazador a la hora de capturar aquellos símbolos representativos de la sociedad y transformarlos en un producto que se vea traducido en dinero sin importar el daño causado a la identidad del formato original. Esto Gabo lo sabía muy bien al escribir Cien Años de Soledad, pues lo hizo como un escape a su entonces cotidianidad laboral como guionista de cine, y en el que puso su mayor esfuerzo en crear una historia que no pudiese ser adaptada cinematográficamente de manera tan simple. Por esta razón, rechazó las cientos de propuestas que le hicieron para comprar los derechos del libro.
La apropiación del contenido de la novela y su sustitución para llevarlo a la pantalla significa no solo el fin de una historia que exalta la literatura colombiana, sino también el de una novela que representa el olvido del Estado y las injusticias cometidas por el mismo. Por otro lado, para nadie es un secreto el alcance internacional del cual goza la plataforma digital y por lo cual Rodrigo García y Gonzalo García Barcha, hijos de Gabriel García y productores ejecutivos de la serie, decidieron vender la totalidad de los derechos de la obra aun cuando Gabo en varias ocasiones expresó que no quería hacerlo.
Es importante entender que el rechazo del padre de Cien Años de Soledad representa la convicción plena del autor de no representar en pantalla la trama de Macondo, ya que como ha ocurrido con otras grandes obras maestras, se reescribe la historia por completo con el fin de complacer a un público que quiere ver reflejadas sus emociones efímeras y se elimina la intención inicial del escritor y lo que pretendía expresar en el libro.
Cien Años de Soledad en Netflix podría significar el fin de una novela que representa la historia de Colombia y la vida de las familias de a pie y, si su adaptación se hace de manera inconsistente con el libro e ignora la intencionalidad y esencia que logró transmitir García Márquez en su máquina de escribir, condenaría una novela, parte de la literatura universal, a un destino en el que a pesar de que tenga éxito como serie streaming, no sea una fiel representación de la obra ni de la memoria de Gabo.