Faltando tan sólo horas para que se acabara su mandato, el presidente Iván Duque decidió que era mejor crear polémica y quedar en vergüenza con el pueblo colombiano al negarle al presidente entrante, Gustavo Petro, el préstamo de la espada de Bolívar.
Aún así, apenas se posesionó, el nuevo Presidente solicitó que trajeran la espada a la plaza de Bolívar.
Y así, esta espada, un símbolo de libertad y del pueblo, estuvo presente para ver un hito histórico en el país: que llegara un Presidente, no sólo de izquierda, sino con un pensamiento y apellido diferente. Un cambio.
Escuche en Ruta 45, lo que opinamos frente a este evento.
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