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Universidad de La Sabana premiada por tres cortos en Pereira: sus realizadores van por más

Actualizado: 27 abr 2023

El Escaleta Fest, evento de AREANDINA, reconoció dos documentales y un corto de ficción en categorías de Guion, Sonido y Fotografía. Ahora, los productos seguirán participando en otras competencias. Sin Sentido, El Rugido del Ruiz y La Porfía: tierra maldita fueron los productos ganadores.


Muestras de escenas de los tres productos ganadores en el Escaleta Fest. De izquierda a derecha aparece La Porfía, Sin Sentido y El Rugido de Ruiz. Estos productos siguen participando en otras competencias. Autor del collage: Julián González, en uso de fragmentos de los metrajes antes mencionados.


Pereira recibió el talento de estudiantes de la Universidad de La Sabana, quienes fueron premiados en esta edición del Escaleta Fest, un evento realizado por la Fundación Universitaria del Área Andina para visibilizar productos audiovisuales de carácter académico a escala nacional.


Tres obras de parte de La Sabana resultaron ganadoras en este festival: por la categoría Documental, El Rugido del Ruiz, el cual se llevó el reconocimiento por Mejor sonido, y La Porfía: tierra maldita, que venció por Mejor fotografía, Por su parte, en la categoría de Ficción, el corto Sin Sentido consiguió dos primeros lugares: Mejor sonido y Mejor guion.


Nicolás Orlando Segura y María Camila Hoyos formaron parte de los equipos que realizaron El Rugido del Ruiz y Sin Sentido. En ambas producciones, Nicolás asumió las funciones de dirección y guion, y María Camila de producción.


Los productos han participado en varios certámenes, entre ellos, el Festival de Cine y Literatura de Cajicá, con el corto “Sin Sentido”. Allí resultó un éxito: se impuso como mejor cortometraje del festival; se le otorgó el premio por mejor actor principal a Felipe Camacho, quien le daba vida a su protagonista, y se premió por mejor guion a Nicolás Segura.


Los entrevistados entregaron un concepto sobre sus obras, pues aún no pueden ser consultadas, ya que deben permanecer privadas hasta que cese su participación en festivales y otros eventos de este carácter.


En el caso de Sin Sentido, corto en el que además participaron Iván Ariza en dirección de fotografía, Mariana Lucena en dirección de arte, Santiago Olaya en diseño sonoro, Alejandro García en montaje y Gabriela Quintero como asistente de cámara, se describió una historia de realismo mágico.


“Narra una situación que le ocurre a un joven que, tras perder a su pareja, se da cuenta que las fotografías instantáneas, tipo Polaroid, tienen un poder mágico, y es que él puede volver a esas situaciones. También se da cuenta de que cada momento al que vuelve, tiene una consecuencia, y es que pierde un sentido relacionado con ese recuerdo, describe Segura.

Por otro lado, El Rugido del Ruiz, documental que contó con la participación de María Paz Sierra compartiendo la dirección con Nicolás Segura, Natalia Arciniegas y Juan David Guevara en dirección de fotografía, Iván Ariza en sonido y Valeria Franco en montaje, describe la historia y el sentir popular acerca del Nevado del Ruiz desde la perspectiva del volcán.


“Al Nevado del Ruiz siempre lo han asociado con muchas tragedias, y queríamos contar ese lado de que él no es el culpable, sino que son muchos factores. Queríamos contar eso y lo hicimos a través de la narración del mismo Nevado”, indica Segura.


Durante la Gala Escaleta Night, en la que se premiaron los productos ganadores del festival, se alabó la originalidad de la historia y su mezcla sonora, que incluyó voz en off y sonido directo en una narración poética y educativa, lo que le valió el premio de mejor sonido en documental.


Para La Porfía, participaron Miguelangel Randazzo y Daniel Esteban Medina como directores, Lina María Ruiz en producción, Sofía Mosquera y Sergio Ávila en fotografía y María Paula Rodríguez como asistente de producción y en diseño sonoro.


Este documental, al igual que los cortometrajes anteriores, ya ha participado y va por más… sigue participando en destacadas competencias. En él, se narra la historia de una maldición que cayó sobre una familia acaudalada, dueña de una famosa finca que hace parte del folclor del municipio de Puerto Rondón, en el departamento de Arauca.


La Porfía es una finca que fue muy famosa en los años 50’s, y cuyos dueños se hicieron también muy conocidos en los Llanos Orientales porque se dice que hicieron un pacto con el diablo. Básicamente es la cosmogonía de los llaneros”, expone Daniel Medina.


Además, Miguelangel Randazzo explica que se separaron un poco del estilo convencional del documental, ya que, gracias a la maldición como tema central, se le dio un tono más oscuro y de tensión.


Durante la Gala Escaleta Night, se reconoció que este documental poseía una fotografía muy cuidada, tanto en las imágenes testimoniales como en las de acompañamiento, que se organizaba en una narrativa innovadora. Esto le mereció ser destacado como el mejor en esta categoría.


Para Sergio Ávila, uno de sus encargados de fotografía, sus puntos fuertes en este aspecto fueron el color y la estructura fotográfica, que incluye planos creativos. Según él, la inspiración en fuentes poco convencionales y la realización adecuada de la posproducción los llevó a concretar estos dos puntos como se debía.


Ahora, ambos grupos se refirieron a la experiencia como algo valioso. Para los entrevistados de Sin Sentido y El Rugido del Ruiz, el rodaje les enseñó mucho del trabajo en grupo y del proceso de elaboración audiovisual en sí.


“Siento que uno no aprende hasta que lo hace. Hay muchas cosas que se aprenden por experiencia, mucha resolución de conflictos que uno no sabe que tiene que hacer hasta que realmente lo vive”, asegura María Camila Hoyos.


Así mismo, el equipo de La Porfía se refirió a esto, presentando como enseñanza la recursividad a la hora de rodar.


Lina Ruiz expuso que este era uno de sus grandes aprendizajes, ya que su documental presentaba muchas dificultades por el sitio en el que se centraba, e implicaba asumir problemas de desplazamiento, hospedaje, seguridad y financiación.


Además de lo anterior, estos grupos se propusieron desde un principio que sus producciones aportaran un valor añadido. Para Nicolás Segura y María Camila Hoyos, el trabajo se logra mejor cuando se sabe que se trabaja por algo más que una clase o por un grupo.


“Desde el inicio sabíamos que queríamos hacer ese circuito de festivales con ambos proyectos, entonces con el equipo técnico todos nos lo tomamos muy en serio y creo que todos dimos un poco más”, afirma Hoyos.


Lina Ruiz también menciona esto acerca de La Porfía: “En nuestro caso, todos estábamos muy dispuestos a trabajar realmente por el documental y sacar algo bueno”. En su grupo, se discutía la producción del documental incluso antes de que iniciara el semestre de su entrega.


Los entrevistados, además, añadieron algunos consejos para los nuevos creadores: se refirieron al seguir intentando, pues según Nicolás Segura, con María Camila Hoyos ya habían participado en el festival de Pereira sin llevarse ninguna categoría, pero se decidieron a asumir de nuevo el reto.


Así lo explica: “Perder el miedo de hacer algo malo, siento que en la mente de uno siempre está ‘esto va a salir mal’ y seguramente salga mal, pero alguna vez va a salir bien. Hay que tener esa constancia”.


Para María Camila, la clave está también en perder el miedo, e invita a otros estudiantes a que se arriesguen. “Yo diría que se lancen a hacerlo. Mucha gente, por ejemplo, en producción, no quiere lanzarse porque les da miedo, pero nunca van a saber si les gusta o no hasta que lo intenten. Y pues, la universidad también está para eso, está para aprender”, dice.

Para Miguelangel Randazzo, Daniel Medina y María Paula Rodríguez, del equipo de La Porfía, es fundamental el grupo con el que se trabaja. Randazzo aconseja conseguir “gente que en verdad le apasione igual el proyecto que se está haciendo, y que todos quieran crecer juntos”.

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